Miller habló el sábado pasado con oficiales del Departamento de Estado, del Departamento de Seguridad Nacional y de las Patrullas fronterizas y aduaneras y les dijo que la orden ejecutiva del presidente Trump sobre los migrantes se mantendrá a pesar de lo que él mismo ha denominado “voces histéricas en televisión”.

Además, les comunicó que algunos oficiales de la actual administración están discutiendo la posibilidad de pedirles a los migrantes toda la mencionada información, que también incluye los contactos del teléfono celular. En caso de que se negaran a entregar los datos, no podría entrar a territorio estadounidense, informaron fuentes citadas por CNN.

Según el mismo medio, la idea apenas está en discusiones preliminares, y el posible método de implementación todavía está en etapa de discusión. Sobre la potencial medida, Sean Spencer, secretario de prensa de la Casa Blanca, no respondió a las preguntas que se le hicieron.

Miller reconoció el trabajo del Departamento de Estado, pero dijo que el gobierno necesita trabajar aun más para asegurarse de que todas las personas que ingresen a Estados Unidos se sometan a los “valores estadounidenses”.

La medida, sin embargo, no sería del todo nueva, ya que según reportó Politico en diciembre pasado, el gobierno de Estados Unidos, entonces bajo el mando de Barack Obama, ya les estaba pidiendo a varias personas ese tipo de datos, aunque la entrega de ellos era voluntaria. El objetivo de esa estrategia era, igual que ahora, identificar potenciales amenazas terroristas.

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