El caso se descubrió luego de que en 2014 una mujer, que había sido concebida en un clínica de fertilidad, se diera cuenta de que tenía ocho hermanos desconocidos, cuando se hizo una prueba de ADN a través de un servicio por Internet llamado 23andMe, informa NBC News.

Cuando se puso a investigar, se enteró de que sus hermanos también habían sido concebidos en una clínica de fertilidad y dispuesta averiguar quién era su padre, contactó a un medio local para localizar a las otras personas con las que estaba emparentada.

Cuando contactaron a Cline, que se había pensionado en 2009, este dijo que había utilizado esperma donado por estudiantes, pero esto era poco probable, dado que el esperma de los donantes no se suele utilizar más de 3 veces y además no era creíble que el mismo hubiera seguido donando por un periodo de 8 años.

4 de los hermanos hicieron peticiones legales en Indiana para que Cline aclarara lo sucedido en un documento escrito. Allí, aseguró que en ningún momento había utilizado su propio esperma para inseminar a sus pacientes.

Sin embargo, más adelante admitió haber donado su esperma a la clínica en unas diez ocasiones. Tres meses después de confesar esto, se reunió con 6 de los hermanos y les dijo que en realidad había utilizado se esperma en unas 50 ocasiones.

En esa entrevista, Cline dijo que “sentía que estaba ayudando a las mujeres porque realmente querían un bebé” y que se sentía “presionado a utilizar su propio esperma porque no siempre tenía esperma fresco”.

Cline incluso había marcado con un asterisco los expedientes de las mujeres a las que había inseminado con su esperma, para que en caso de que volvieran por otro bebé, él utilizara de nuevo su propia muestra para generar hermanos iguales, añade WOODTV.

A pesar del problema ético que representan las acciones de Cline, no existen leyes específicas en cuanto este tema que permitan establecer cargos en su contra, más allá de la acusación que se le hace de obstrucción a la justicia, de los que él se ha declarado inocente.

LO ÚLTIMO