El joven, Selamet Riyadi, se enamoró apasionadamente de Rohaya binti Kiagus Muhammad Jakfar hace cinco meses, cuando la anciana se ocupó de él, que estaba enfermo de malaria.

El chico le pidió la mano a esa divorciada en dos ocasiones. “Selamet es demasiado joven para casarse, pero acabamos casándolos porque amenazaba con suicidarse” explicó el jueves a la AFP Cik Ani, jefe de la aldea de Karang Endah, en el sur de la isla de Sumatra.

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“Dado que el chico es menor, decidimos que la boda fuera privada” y celebrada por un religioso, explicó el jefe de la aldea. Una forma de “evitarles cometer un pecado” añadió Ani en referencia a las relaciones sexuales fuera del matrimonio.

“Nos amamos, me ha dicho que estaba locamente enamorado” aseguró la septuagenaria a periodistas tras la ceremonia en la aldea, situada en el distrito de Lengkiti.

Royaha estuvo casada previamente con dos hombres divorciados. En Indonesia la edad legal para casarse es de 19 años para los hombres y 16 para las mujeres. A pesar de eso, la pareja dispareja se unió en una ceremonia local no oficial conocida como nikah siri, informó The Jakarta Post.

Con AFP

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