La mortandad la produjo la organización yihadista durante los veinte días que tuvo bajo su control esa población, y antes de ser expulsada el sábado por las tropas de Damasco, informó el lunes el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

El acto fue una represalia del grupo, que acusó a las víctimas de colaborar con las tropas del régimen de Bashar Al Asad, indicó a la AFP Rami Abdel Rahman, director del OSDH.

“Luego de retomada la ciudad situada en la provincia de Homs, los habitantes encontraron cadáveres en las calles, las casas y otros lugares”, precisó Rahman.

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“Algunos fueron asesinados con armas blancas, otros por bala”, agregó.

Según las fuentes del OSDH la gran mayoría de las víctimas murieron en los dos últimos días antes de que los yihadistas se vieran obligados a abandonar Al Qariatain.

El grupo Estado Islámico (EI) había tomado nuevamente el primero de octubre esta localidad, que cuenta con una minoría cristiana y varias iglesias. Algunas fueron vandalizadas por los yihadistas. La organización ultrarradical había capturado la ciudad por primera vez en agosto de 2015. Poco menos de un año después fue expulsada.

Según el OSDH, el régimen retomó la ciudad el sábado, “después de que se retiraran más de 200 miembros de EI, en dirección de Badiya”, el gran desierto del centro del país.

El EI sufre grandes reveses desde hace meses, tanto en Siria como en el vecino Irak. Una alianza de combatientes kurdos y árabes acaba de tomar su “capital” en Siria, Raqa.

En Siria los combates continúan en la provincia de Deir Ezzor (este) separada en dos por el río Éufrates y fronteriza con Irak.

AFP