“No solo fue María Magdalena, sino que él era tan encantador como para que cualquier mujer se enamorase”, dice el sacerdote, escritor y periodista español, quien es muy crítico del Vaticano pero reconoce que el papa Francisco es un buen líder: “Una mezcla de la dulzura de Francisco de Asís y la astucia de Ignacio de Loyola”, dice el cura.

Ya en cuanto al tipo de relación que pudo haber entre Jesús de Nazaret y María Magdalena, el padre se atreve a aventurar que si bien ella estaba enamorada tanto del hombre de carne y hueso como del hijo de Dios en toda su divinidad, él probablemente no le paraba bolas en ese sentido porque estaba absorto con la misión que se le había encomendado y con la preocupación de que lo querían matar.

Eso sí, el jesuita asegura que María Magdalena era la discípula predilecta de Jesús, destaca el Diario de Cádiz, que le hizo una extensa entrevista al autor de la novela.

Lamet se refiere a Jesús como un verdadero hombre, pero comenta que algunos le tienen miedo al cuerpo de Jesús y prefieren subrayar únicamente su aspecto de divinidad.

El lado frágil de Jesús es bien obvio en todos los evangelistas: “Tenía sed, hambre, lloraba… ¿No iba a sentir el amor y el desamor? Era un hombre, y muy sensible, pero también solitario”, explica el autor, al tiempo que agrega que “las reacciones del cuerpo de Jesús siempre han sido un tabú en la Iglesia”.

Finalmente, Lamet se refiere a Francisco con estas palabras: “Yo creo que Francisco debe haber disfrutado de una suerte de iluminación o ilustración interior para ver claro hacia dónde caminar y no tener miedo”, apunta, con respecto a si el papa seguirá dando pasos gigantes para darle mayor estatus a la mujer dentro de la iglesia.

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