Fortin conducía su carro con sus dos hijos pequeños por las calles de Scottsdale, EE. UU., cuando escuchó a la pequeña llorar y gritar y a su hijo decir que la niña se había desabrochado el cinturón de seguridad, informa la cadena KPHO.

La mujer detuvo el auto, volvió a ponerle el cinturón a la niña y le explicó que no tenerlo puesto puede ser muy peligroso, pero pensó que su hija no parecía muy consciente del mensaje.

“Esto era algo que podía hacerle daño. Su seguridad estaba en riesgo, así que lo tomé por lo que era: un momento para enseñar. Llegué a la casa y llamé a la policía y la ‘entregué'”, dijo Fortin, citada por el medio.

Dos oficiales se presentaron en el hogar, dispuestos a darles a los niños un breve curso de seguridad vehicular y les explicaron que si no llevaban el cinturón y algún carro los chocaba, podrían golpearse con algo.

“Prometo mantener mi cinturón puesto”, les dijo la niña a los policías.

Por su parte, la madre dijo que si bien había sido una medida extrema, sabía que su hija recordaría para siempre la experiencia, añade ABC 7.

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