La actuación de la justicia y de las fuerzas de seguridad con el exmandatario recalentaron la crisis política que vive desde hace un año el mayor país de América Latina, hundido en una recesión económica y sacudido por una trama de multimillonarios sobornos en la petrolera estatal.

El sábado, unos 500 simpatizantes de Luiz Inacio Lula da Silva se agolparon frente a su vivienda en Sao Paulo, y hasta la propia presidenta Dilma Rousseff viajó desde Brasilia para apoyarlo personalmente.

“Lula estuvo muy animado durante el encuentro que tuvimos junto con la presidenta Dilma para apoyarlo. La presidenta dijo: ‘Lula, eres muy importante para el pueblo y para Brasil’. Y Lula me dijo que se sentía muy motivado para la lucha”, dijo el diputado oficialista Vicente da Silva tras la reunión.

La fotografía de Rousseff junto a Lula saludando desde un balcón contrastó con las celebraciones del viernes, en las que algunos brasileños convocaron por las redes sociales a festejar la acción policial que obligó al expresidente a dar explicaciones por el escándalo de corrupción que le costó más de 2.000 millones de dólares a Petrobras.

Temas relacionados:

Y es también un retrato del momento político que vive Brasil, en el que Rousseff enfrenta dos procesos que podrían terminar anticipadamente su mandato, impulsados por una oposición en guerra abierta contra su gobierno.

Favores que se pagan caros

Fiscales brasileños sospechan que Lula aceptó millonarios favores de constructoras acusadas de desfalcar a Petrobras, en una causa que investiga el armado de un sistema político-empresarial de sobornos y fraudes destinado a financiar fuerzas aliadas al gobierno y a enriquecer a los involucrados, según la describe la fiscalía.

“Estoy dispuesto a viajar por todo el país. Si alguien piensa que me va a callar con persecuciones y denuncias, yo sobreviví al hambre, y quien sobrevive al hambre no desiste nunca”, dijo Lula, que de niño fue lustrabotas y luego tornero mecánico y sindicalista.

Una manifestación en su favor fue convocada para el martes, mientras que la oposición le tiene preparada una protesta el 13 de marzo para pedir la salida de Rousseff.

Con información de AFP.

LO ÚLTIMO