Sin embargo, la propuesta no les gustó a 31 de los miembros de concejo, que mayoritariamente rechazaron la idea argumentando que si las relaciones sexuales deben ser subsidiadas, entonces también deberían serlo otras actividades como la jardinería o la limpieza, indica The New York Times.

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Tomas Mortberg, miembro de un partido de derecha del concejo, dijo que el Estado no tenía ninguna ganancia al inmiscuirse en la vida sexual de los empleados.

No vemos esto como una actividad que promueva la salud y el bienestar, al igual que no lo es la jardinería. El descanso debería ser para caminar o ir al gimnasio. Un acto de amor con tu pareja debería hacerse en el tiempo libre, no durante horas pagas de trabajo”.

El plan de Muskos estaba dirigido a los 550 empleados que trabajaban en la municipalidad, y el objetivo era lograr que los suecos pasen más tiempo juntos. “Hay estudios que muestran que el sexo es saludable. […] Se trata de tener mejores relaciones”, dijo citado por Independent.

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