Un total de 50 organizaciones de ese país pidieron en una carta al gobierno que muestre compasión por el animal, y presentaron un millón de firmas de ciudadanos de todo el mundo que apoyan su causa.

En una rueda de prensa conjunta en Pekín, representantes de estos grupos mostraron a la prensa imágenes del interior del centro comercial, que ofrece a los clientes como “atractivo” la presencia de animales de toda clase: desde el oso polar hasta un zorro polar o una morsa.

En un vídeo publicado por Humane Society International, se puede ver a Pizza, el nombre del oso, dando vueltas por el minúsculo espacio en el que se le mantiene, balanceando continuamente la cabeza o pegado a unos pequeños barrotes -su único contacto con el exterior-, mientras los niños golpean la cristalera para que este les preste atención y los adultos toman fotografías de la escena.

Según el profesor Alastair Macmillan, experto en veterinaria de HSI, el comportamiento de Pizza muestra “su frustración y malestar” y alerta que, si sigue en estas condiciones, su estado empeorará.

“Un centro comercial no es lugar para mantener a un animal salvaje. Pizza ya no podrá volver a su hábitat natural, pero los gestores de los almacenes al menos deberían dejar que viviera el resto de sus días en un espacio donde pueda respirar aire puro y ver la luz del día”, señalan desde la Asociación para el Bienestar de los Animales de China en un comunicado difundido por HSI.

De momento, desde el centro comercial se negaron a hablar con Efe sobre el tema, mientras siguen abriéndose instalaciones similares en otros puntos del país.

Con EFE.

LO ÚLTIMO