Vale recordar que en el Ecuador el Código de la Democracia vigente señala que para que un candidato gane en primera vuelta debe obtener más del 50 % o el 40 % más diez puntos de ventaja sobre su rival.

El exvicepresidente Moreno, del movimiento socialista Alianza País, llegaba a un 38,87 % de los sufragios válidos, frente al 28,50 % del exbanquero conservador Guillermo Lasso, tras el conteo del 81,90% de las actas.

“El escenario que me parece completamente probable es que rebasemos ese 40 % que necesitamos. Y el otro es que logremos una diferencia de más de 11 puntos con el segundo puesto y que no nos toque ir a una segunda vuelta”, prevista para el próximo 2 de abril, dijo este candidato de 63 años a sus simpatizantes, concentrados frente a la sede de su formación.

“Esta es una lucha de largo aliento, porque esta batalla la vamos a ganar”, añadió Moreno, quien de confirmarse su victoria, se convertiría en el primer ecuatoriano con discapacidad en asumir la jefatura de Estado, ya que sufre una paraplejia consecuencia de un disparo en un asalto en 1998.

Este aspirante a suceder al presidente saliente Rafael Correa dijo que todavía falta por contar gran parte de la poblada provincia de Manabí, el feudo del correísmo severamente golpeado por el terremoto de abril, y los votos del exterior, donde también cuenta con holgada mayoría.

Cientos de seguidores de Lasso, animados ante la posibilidad del segundo turno -donde podría trabar alianzas con el resto de los opositores-, se concentraron frente a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Quito en una vigilia para exigir transparencia en el escrutinio.

En su último comunicado del domingo, el presidente del ente electoral desmintió los rumores de fraude y dijo que el conteo seguirá desarrollándose en la web y que dará una rueda de prensa durante la mañana del lunes, con los resultados definitivos.

Los analistas siempre advirtieron que iba a ser duro llevar al correísmo a segunda vuelta, cuando cuenta con una base de 30 % de sólido apoyo en el país.

“Estos 10 años han sido una muestra para que vean el progreso del país, aunque mucha gente no quiera ver lo que tenemos ante nosotros”, señaló Nora Molina, una empleada pública de 53 años.

Pero más allá de que gane Moreno en primer vuelta, el oficialismo ha sufrido una contundente pérdida de votos en relación a las presidenciales del 2009 y 2013, debido a la ausencia de Correa, una delicada situación económica y la corrupción que ensombreció la campaña.

Los resultados aún no permiten confirmar si el correísmo mantendrá la mayoría de dos tercios en el Legislativo.

LO ÚLTIMO