Sobre la tumba hay un corazón gigante rosado, muñecos, flores y más corazones, pero el detalle no complace a muchos habitantes que han vandalizado el sepulcro ubicado en el pueblo de Le Muy, en el departamento de Var, porque según ellos “daña la sobriedad del lugar”, informa Europe 1.

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“Léa era una pequeña niña tan maravillosa que merecía tener color en su vida, no lo tuvo, entonces lo tuvo en la muerte”, dijo la madre, Jessica Baba, según Le Parisien.

Luego de los ataques, la familia decidió presentar una queja de manera oficial, pero señalaron que la misma alcaldesa del pueblo había contactado a la empresa fúnebre que creó el diseño para quejarse, aunque ella señala que realmente buscaba pedir “precisiones de orden técnico” al respecto.

Una petición para defender la tumba de la pequeña Léa se divulgó por redes sociales, si bien no fue realizada por la familia. De acuerdo con Nice Matin, en menos de una semana la petición había recibido 70.000 firmas.

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