Tras la muerte de su familia, hace un siglo, Basao fue adoptada bajo la modalidad conocida como ‘tongyanxi’, una tradición que significa ‘niña criada como nuera’ y en la que una familia adopta a una niña preadolescente para que eventualmente se case con uno de los hijos del clan, informa el diario Mirror.

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Basao explica cómo se estableció su matrimonio simbólico con Qishou la noche en que llegó a vivir con la familia, cuando ella tenía 6 años y él, 5. “Tomamos la cena con todos los mayores de la familia y estuvimos casados”, dijo la mujer de 103 años de edad, citada por el medio.

De acuerdo con el portal Women of China, durante los años siguientes, Basao ayudó a la familia a cuidar otros niños, con lo que ganaba apenas lo suficiente para comprarse una muda de ropa luego de un año de trabajo.

Su esposo se convirtió en la cabeza de la familia a los 10 años y trabajaba cortando madera ya haciendo trabajos ocasionales como jornalero. Tenían muy poco dinero, pero a pesar de esto la familia de Qishou siempre compartió su comida con Basao.

Cuando fueron mayores, Qishou se convirtió en granjero y su esposa hacía zapatos a mano. Juntos tuvieron 5 hijos y una hija, que suelen visitarlos a menudo.

Sus vecinos dicen que aún hoy la pareja disfruta su sencilla vida, pelea poco y suelen salir a dar paseos tomados de la mano cuando el clima lo permite.

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