Warfel, habitante de Red Lion, Pensilvania, se declaró culpable de alteración del orden público luego de que su vecina, Tanya Saylor, la acusara ante la policía de ser muy ruidosa mientras tenía sexo; la cosa era tal que en esos momentos ella tenía que darle tapones de oídos a sus hijos para que pudieran dormir, reporta Cosmopolitan.

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Según Saylor, la primera vez que escuchó a su vecina fue a pedirle amablemente que hiciera menos ruido, pero Warfel siguió gritando tan fuerte como podía e incluso comenzó a describir el acto sexual y gritar los nombres de las hijas de Saylor, añade el New York Daily News.

En una ocasión, una de las hija de Saylor tuvo que permanecer en cama 10 días por un tratamiento contra el cáncer que padecía y Warfel tuvo sexo “sin parar” durante todo ese tiempo para que la joven escuchara.

“Acosó a mis hijas por dos años. Los dejamos pasar por dos años. No debería haber dejado que pasara por tanto tiempo. Debí comenzar a llamar a la policía hace un año”, dijo Saylor.

Cuando se presentó ante el juez, Warfel pareció demostrar verdadero arrepentimiento y lamentó no ver a sus vecinos en la corte, pues dijo que quería disculparse.

El juez la condenó a pagar entre 45 y 90 días de cárcel, que ya ha pagado, pues fue arrestada el 22 de marzo, y no deberá volver a contactar a sus vecinos bajo ninguna circunstancia.

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