La adolescente identificada como Ashlee Martinson mató a su padrastro de un disparo y a su madre con varias puñaladas. Según dice, en su casa sufría de abuso físico, sexual y psicológico por parte de ellos.

Luego de haberlos asesinado, encerró a sus hermanos menores en uno de los cuartos de la casa en la que vivía la familia, en el pequeño pueblo de Piehl, en Wisconsin, Estados Unidos.

Después de una larga persecución, la policía encontró a la joven en Indiana, donde vivía con su novio, que ayudó a escapar después del crimen. Martinson fue condenada a 23 años de prisión por homicidio de segundo grado, según informó The Washington Post.

En una entrevista con el programa ”Crime Watch Daily”, la adolescente aseguró que ahora se siente feliz ya que no está en peligro con sus padres. Médicos profesionales que entrevistaron a la joven después de que ocurrió el trágico hecho aseguraron que la adolescente sufría de depresión severa y trastorno de estrés postraumático.

En el programa, Martinson también contó que tenía planeado mudarse con su novio, pero sus padres se lo prohibieron y la amenazaron con que si lo intentaba, la iban a castigar.

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