El hombre, propietario de una panadería en el municipio de Tolhuin, Tierra del Fuego, pone el tiempo y la casa, pero la comida y el trago van por cuenta de sus empleados, destaca La Nación.

Al patrón se le ocurrió la idea hace unos cuatro años, cuando haciendo cuentas con su contador, vio que tenía un sobrante de dinero en sus finanzas, dice el diario argentino.

La casa de campo consta de un gran jardín, 4 habitaciones y piscina climatizada, para que sus personas de confianza disfruten con su familia e incluso con amigos.

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