La autopsia del cuerpo de Praljak ya se realizó en presencia de 2 expertos croatas como observadores, declaró Vincent Veenman, portavoz de la fiscalía de La Haya, que realiza las pesquisas.

“Dos expertos croatas están presentes como observadores, a petición del Tribunal”, precisó, añadiendo que era “imposible saber cuándo estarán disponibles los resultados”.

Asimismo, “para completar la investigación holandesa en curso (…), el secretario judicial del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) lanzó esta mañana una investigación independiente”, anunció por su parte el tribunal en un comunicado.

“Será llevada a cabo por el juez Hassan Jallow y comenzará la próxima semana”, precisó.

El suicidio de Praljak, de 72 años, tuvo lugar el miércoles durante la lectura de la sentencia en el juicio en apelación contra seis exdirigentes y exjefes militares bosniocroatas, acusados de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad durante el conflicto croatamusulmán (1993-1994) enmarcado en la guerra de Bosnia (1992-1995).

Días después, se sigue ignorando cómo el acusado pudo obtener el veneno, burlando todos los controles de seguridad entre su celda y la sala de audiencias.

La investigación de la fiscalía de La Haya también incluirá un análisis toxicológico del cuerpo.

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“Hay una necesidad imperiosa de comprender cómo el veneno pudo llegar al tribunal”, afirmó a la AFP Celine Bardet, jurista internacional que ejerció en el TPIY.

“Se tiene que responder a estas preguntas, porque forzosamente esto lleva a la sospecha de una ‘complicidad’, con muchas comillas, dentro del personal” del centro de detención de Scheveningen, donde se encuentran detenidos todos los acusados juzgados por el TPIY, según la jurista.

De pie, frente a sus jueces, Slobodan Praljak oyó cómo el tribunal confirmaba su condena a 20 años de cárcel y con voz firme dijo: “Slobodan Praljak no es un criminal de guerra, rechazo su veredicto”, sacó un frasco y bebió su contenido, provocando estupor en la sala de audiencias.

“Nadie lo mató, se suicidó. Estoy triste pero entiendo y respeto su acto”, dijo a la agencia de prensa croata Hina la abogada del fallecido, Nika Pinter, en el avión en el que viajaba desde Holanda a Zagreb.

“Nunca pensé que podría hacer algo así, pero entiendo porque es un hombre honorable que no podía vivir con una condena que lo califica de criminal de guerra y salir esposado de la sala de audiencias”, continuó, precisando que ignoraba todo el plan de su cliente y que, en sus entrevistas antes de que se pronunciara el veredicto, Slobodan Praljak nunca dejó suponer que se suicidaría.

La investigación excepcional de la fiscalía holandesa se orientó desde el principio hacia “la ayuda al suicidio y la violación” a las reglas sobre sustancias médicas.

El TPIY prevé publicar el resultado de su investigación interna antes de cerrar sus puertas definitivamente, el 31 de diciembre. Esto pondrá fin a casi un cuarto de siglo dedicado a juzgar a los que cometieron las peores atrocidades en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

Con AFP

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