La joven británica acababa de terminar sus evaluaciones y se encontraba en la biblioteca de la Keele University, cuando le empezó un fuerte dolor de cabeza y un malestar general, informa Mirror. Citada por el medio, la joven describió su situación:

Me estaba sintiendo realmente horrible. Me caí por las escaleras en la biblioteca y empecé a vomitar, así que me fui a mi casa”.

Ya en la casa, quiso descansar para asistir en la noche a una celebración de cumpleaños en un restaurante. Sin embargo, al final de la reunión, la condición de la joven empeoró, y a lo largo de la noche se despertó y se sintió muy mal. En ese momento empezó su preocupación.

Estaba tiritando sin control, todos mis músculos me estaban doliendo y en ese momento me di cuenta de que no estaba para nada bien”.

En ese momento, Phoebee empezó a ‘atar cabos’ y se dio cuenta de que sus síntomas no le eran desconocidos. Tomó una caja de tampones y leyó sobre los síntomas del síndrome de choque tóxico. Todo correspondía, según dijo. Por eso, les pidió a sus abuelos que la llevaran al hospital, donde la admitieron inmediatamente.

Estaba temblando y sentía mucho frío, pero mi temperatura estaba en 39,7 °C. Estaba en agonía, tenía dolores de cabeza y de estómago muy malos. Era aterrador, porque me sentía horrible”.

Finalmente, los médicos le diagnosticaron el mencionado síndrome, que es una rara infección causada por el estreptococo, una bacteria que se aloja en el cuerpo y que ataca los órganos. Por eso le dieron varias dosis de antibióticos y medicamentos para el dolor.

Pese a que la joven dice que usó los tampones de manera adecuada, los médicos aseguran que su enfermedad se dio por el uso de estos elementos, precisa BBC. Por su acción rápida, la situación de Phoebee no se agravó mucho más, y desde entonces se ha dedicado a advertirles a otras mujeres sobre la existencia del síndrome, el cual, de no ser detectado a tiempo, puede terminar en resultados catastróficos.

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