Todo comenzó el 30 de junio del año pasado cuando Hannah se disponía a volar a su casa en Chatanooga, Tennessee, junto a su madre, Shirley. La menor acababa de completar un tratamiento contra un tumor cerebral en el hospital de St. Jude en Memphis, informa The Guardian.

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Cuando la adolescente pasó el escaneo de seguridad, luego de su madre, la alarma se disparó y los agentes se acercaron a decirle que debían hacerle otro chequeo. Hannah, que debido a su enfermedad y al tratamiento tiene dificultades para hablar y se desorienta fácilmente, opuso resistencia cuando intentaron llevarla a otro lugar.

Además de una discapacidad mental, Hannah es ciega de un ojo, sorda de un oído y parcialmente paralizada, y aunque su madre trató de explicarles a los oficiales esto para que fueran cuidadosos con ella, más agentes llegaron al lugar y la joven comenzó a defenderse de uno de ellos, que la había tomado por los brazos.

Entonces, el agente la tiró al suelo y la esposó, en un forcejeo que puede verse en la grabación de seguridad del aeropuerto, difundida esta semana por el diario The Commercial Appeal.

Shirley y Hannah presentaron una demanda en la que acusan a la seguridad del aeropuerto de ignorar los intentos de la madre de explicar la condición de la joven y de no proveer una espacio adecuado para atender a a Hannah, teniendo en cuenta su “evidente discapacidad”.

Por su parte, la policía alega que habían tenido una “clara comunicación” con la joven al momento de informarle que debían trasladarla para otra requisa, lo que ella rehusó, y que el oficial que la esposó lo hizo para evitar que ella lo siguiera atacando, añade el Huffington Post.

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