El senador Hervé Fourcand, del departamento Sur de Haití, anunció este viernes que se habían registrado 4 centenas de muertos en este país, el más pobre de las Américas, por el que Matthew pasó a principios de semana con vientos de 230 kph.

En Estados Unidos, donde unos 600.000 hogares se quedaron sin electricidad, se registró una primera víctima mortal: una mujer de unos 50 años sufrió una emergencia cardíaca en su casa, en el condado de St. Lucie (centro de Florida), y los fuertes vientos impidieron que los servicios de emergencia salieran a atenderla.

“No pudimos responder con garantías de seguridad y por desgracia murió”, dijo a la AFP la portavoz de los bomberos del condado de St. Lucie, Catherine Chaney.

A las 15H00 GMT del viernes, el huracán se encontraba unos 55 km al noreste de Daytona Beach, hacia la mitad de la península de Florida, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos.

Matthew se debilitó un poco el jueves por la noche, volviendo a bajar a categoría 3 de la escala Saffir-Simpson, de cinco niveles, pero seguía siendo “extremadamente peligroso”, advirtió el NHC.

El presidente estadounidense, Barack Obama, declaró este jueves que Matthew “todavía es realmente un huracán peligroso”.

“Creo que la mayor preocupación a este punto no es solamente la fuerza de los vientos del huracán, sino el crecimiento de las aguas costeras”, dijo Obama en la Casa Blanca, subrayando el riesgo que ello implica para la zona de Jacksonville hacia el norte de Florida, e incluso para el estado de Georgia.

Hacia las 09H45 (13H45 GMT), lo peor de la tormenta pasó frente a Cabo Cañaveral, donde se encuentra el centro de lanzamiento de cohetes de la NASA y donde está almacenado su equipamiento y el de compañías privadas como SpaceX.

“En este momento se observan daños limitados en el tejado de las instalaciones del KSC (el Centro Espacial Kennedy), hubo cortes en los servicios de agua y electricidad, y hay escombros esparcidos”, anunció la página web de la NASA.

Haití, desolado

Matthew sembró la desolación en Haití a principios de semana.

Dada la magnitud de los daños causados, será difícil lograr un recuento preciso de víctimas.

Frente al balance proporcionado por el senador Hervé Fourcand, de 400 muertos, el órgano de protección civil de Sur registró 315 víctimas mortales. No obstante, estas cifras no tienen en cuenta los municipios de Camp Perrin, Les Anglais, Coteaux y Arniquet.

Por su parte, el último balance oficial parcial del Ministerio del Interior haitiano daba cuenta de 271 muertos.

Toda la parte sur de Haití fue arrasada por torrentes de agua y golpeado por violentos vientos.

Las imágenes aéreas de los periodistas que pudieron acceder en los dos últimos días a las ciudades más golpeadas del sur mostraban imágenes de casas destruidas, techos de aluminio arrancados y decenas de árboles caídos.

Las desoladoras imágenes de la ciudad recordaban a las escenas que dejó el violento terremoto de 2010, en el que murieron más de 200.000 personas.

“Vi la muerte cara a cara”, aseguró Yolette Cazenor, una habitante de Les Cayes (sur), la tercera ciudad del país. Su casa se quebró por la mitad cuando le cayó el tronco de un árbol.

Estados Unidos envió este viernes el buque de transporte militar “USS Mesa Verde” con 300 efectivos de los Marines para participar en operaciones de asistencia en Haití, indicaron responsables de Defensa estadounidense. Se sumarán así a los 250 hombres y nueve helicópteros desplegados en la isla en un dispositivo de asistencia militar del país norteamericano.

Principio de precaución

El poder destructor de Matthew hizo que las autoridades estadounidenses aplicaran el principio de precaución, y aunque se prevé que el huracán se debilite en las próximas horas, las autoridades están en alerta.

Así, el condado de Volusia, en la costa este de Florida, y la ciudad de Daytona Beach decretaron un toque de queda a partir de las 04H00 GMT del viernes, según los bomberos de la ciudad.

En grandes ciudades como Jacksonville (Florida) y Savannah (Georgia), se emitieron órdenes de evacuación para alrededor de tres millones de personas, aunque se cree que muchos de ellos no cumplieron con el mandato.

Las autoridades de Jacksonville advirtieron que quienes se nieguen a abandonar las zonas que deben evacuarse, lo harán “por su propia cuenta”.

El gobernador de Florida, Rick Scott, dijo que 22.000 personas pernoctaron en refugios estatales, aunque el sur de Florida finalmente se libró de los peores efectos del huracán, que se desvió ligeramente el norte y al este.

AFP