En el centro médico, los doctores le descubrieron el encendedor en el organismo después de una prueba de rayos x. El aparato quedó allí trancado a pesar de que lo normal sería que el propio sistema se encargara de expulsar el elemento extraño, informa Independent.

Pero el asunto era más grave: el encendedor estaba al revés (o sea, con la parte de la que sale el fuego hacia abajo), lo que hacía que liberara líquidos tóxicos, que le produjeron al paciente una úlcera que, en su punto más crítico, tuvo 5 milímetros de diámetro.

Sin embargo, el líquido del encendedor no fue lo único que causó la úlcera (aunque sí fue el principal responsable), ya que empezó a consumir la capa mucosa que separa el ácido estomacal del revestimiento de ese órgano. Eso, por supuesto, hizo que el asunto fuera más crítico.

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El encendedor finalmente fue removido con la ayuda de un endoscopio (tubo delgado y flexible que tiene una cámara y una especie de pinzas, que entra por la boca y baja por el sistema digestivo hasta llegar al estómago). Fue en ese momento en el que se descubrió la fuga de líquido tóxico, agrega Live Science.

Por fortuna para el paciente, luego de tomar medicamentos durante 8 semanas, la úlcera ya había sanado cuando le hicieron un examen, 2 meses después de la remoción del encendedor. Vale la pena decir que el hombre está diagnosticado con esquizofrenia y en el pasado había tenido que ser hospitalizado luego de tragarse cucharas y cuchillas de afeitar, recoge Fox News.

El hecho sucedió en agosto de 2016, y el caso fue reportado en el medio Case Reports in Emergency Medicine en agosto pasado. Sin embargo, medios en Estados Unidos y Reino Unido lo reportaron solo en los últimos días.

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