La agresión se produjo a las 9:15 p.m. en un tren regional que circulaba entre las ciudades bávaras de Treuchlingen y Wurzburgo, sur de Alemania, con unas 30 personas a bordo.

“Poco antes de llegar a Wurzburgo, el hombre agredió a unos pasajeros con un hacha y un cuchillo”, declaró a la AFP una portavoz de la policía local.

“Dejó cuatro heridos graves y un herido leve”, entre ellos “al menos dos mujeres”, todos ellos hospitalizados, añadió. Catorce personas fueron atendidas por encontrarse en  estado de choque sicológico.

Un vecino que consiguió entrar en el tren describió una “escena de carnicería” en el interior, según medios alemanes, con rastros de sangre y compresas que dejaron los equipos de primeros auxilios.

“El autor de los hechos logró abandonar el tren, la policía salió en su persecución, disparó contra el agresor y lo mató”, precisó el portavoz sin más detalles.

Según el ministro bávaro de Interior, Joachim Hermann, una unidad especial de intervención de la policía alemana (SEK), que lo perseguía, le disparó cuando el joven intentó enfrentarse con los agentes con sus armas blancas. Dicha unidad se encontraba por azar en la ciudad, cumpliendo otra misión, y pudo intervenir rápidamente cuando se dio la alerta.

El autor de la agresión es un joven “afgano de 17 años”, solicitante de asilo, que llegó a Alemania solo, sin familia, precisó Hermann.

Residía en la localidad de Ochsenfurt, vecina del lugar donde se produjeron los hechos, y había sido acogido por una familia como menor de edad, indicó a la televisión pública ARD.

– ‘Probable atentado islamista’ –

Su portavoz, Oliver Platzer, indicó a la AFP que “resulta bastante probable que se trate de un atentado islamista” y subrayó que el agresor gritó “Allahu Akbar” (Alá es grande) en el momento de la agresión.

Las autoridades locales indicaron no obstante que esperan los resultados de la investigación para pronunciarse definitivamente. También la fiscalía hizo gala de prudencia al inciar por la noche que “las motivaciones de este acto siguen sin esclarecerse” hasta el momento.

En mayo pasado, un desequilibrado de 27 años cometió una agresión similar con un cuchillo, también en un tren regional del sur de Alemania, y causó un muerto y tres heridos.

La policía evocó en un primer momento la pista islamista porque el agresor gritó “Alá es grande”, antes de rectificar cuando resultó que sufría trastornos de índoles siquiátrica.

Si se confirmara la pista de un atentado con motivación yihadista, cometido además por un solicitante de asilo, podría reavivar la controversia en Alemania acerca de la política de apertura generosa de la canciller Angela Merkel para con los refugiados.

Aunque las estadísticas del Ministerio de Interior no muestran ninguna correlación entre el flujo de solicitantes de asilo y el aumento de la criminalidad o del peligro terrorista, la derecha populista alienta los temores de la opinión sobre este tema.

Más de un millón de refugiados llegaron a Alemania el año pasado, en buena parte sirios que huían de guerras y persecuciones. Los afganos también representan una parte importante de estos recién llegados.

Hasta el momento, Alemania ha estado más bien al margen de los atentados yihadistas, exceptuando un ataque con cuchillo contra un policía de guardia cometido por una adolescente de 15 años de origen turco en febrero en la ciudad norteña de Hannover.

La investigación demostró después la motivación islamista de esta joven, que poco antes intentó viajar a Siria pasando por Turquía para incorporarse a la organización Estado Islámico.

AFP

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