El 19 de diciembre de este año los electores de cada estado vuelven a votar a puerta cerrada para ratificar los resultados de la jornada de elecciones generales del 8 de noviembre, pero esos votos podrían cambiar si los electores deciden que no quieren a Trump sino a Clinton en la Casa Blanca, dice The Independent.

Durante el tiempo que transcurre entre las elecciones (8 de noviembre) y la ratificación (19 de diciembre), el colegio electoral tiene la potestad de cambiar los resultados, si lo considera necesario, pero esa es una alternativa que jamás se ha presentado en la historia de Estados Unidos, aunque es perfectamente legal, señala Inquisitr.

La posibilidad es que algunos de los votantes cambien su voto final y apoyen al otro candidato, algo que por lo general se presenta, pero el número de quienes cambian el voto en el último momento es tan bajo que jamás ha alterado el resultado de las elecciones generales, dice The New York Post.

No obstante, portales como Vox ven esa posibilidad absolutamente remota (casi inviable e irrealizable) debido a que el electo Trump ganó por bastante diferencia, luego tendrían que ser muchas personas quienes cambien su voto a última hora, algo que además contempla algunas multas para quienes lo hagan.

De todas maneras, las multas, que son como palmaditas en la mano, y el número de inconformes con el voto por Trump son lo único que se interpone a la posibilidad de que Hillary llegue a la Casa Blanca como el presidente número 45 de ese país. Pero con lo que se ha visto, nada es imposible.

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