La idea comenzó luego de que un hombre visitara la tienda de Omari en Berlin para pedirle unas latas de pintura con las que quería cubrir una bandera nazi que había visto pintada en un muro cuando paseaba por un parque con su hijo, reporta el portal The Verge.

“Nos encargaremos de eso. No gaste su dinero, no se ensucie las manos”, le dijo Omari, y poco después fue con un amigo grafitero y juntos convertieron la esvástica en un mosquito.

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Una foto publicada por @ddlille el

De allí surgió ‘Paintback’ un proyecto en el que participa el colectivo de artistas Legacy BLN, que quiere remover esta imagen de los muros de la ciudad y despojarlo de la cruel discriminación que representa.

Conejos, lechuzas, ventanas, cubos Rubik y hasta cuadros de Sudoku, son algunas de las imágenes en las que han transformado los símbolos.

“Queríamos responder con amor y felicidad para que las personas se puedan identificar con esto y no solamente quienes vienen del grafiti o la vida urbana. Tomamos el mensaje desagradable y hacemos algo hermoso con él”, dijo Omari, citado por el medio.

Hacer grafitis, especialmente de esvásticas, es ilegal en Alemania, por lo que Paintback ha optado por buscar permiso de los dueños de los edificios y las autoridades locales para realizar sus pinturas, quienes les han permitido saltarse los procesos burocráticos para obtener permisos oficiales.

Sin embargo, dice Omari, “no puedes hacer una campaña así sin ofender a alguien en Alemania”. Esto, dado que los grupos de extrema derecha han intentado intimidar a los miembros del colectivo cuando pintan y otros han dejado comentarios llenos de odio en la página de Facebook de la tienda de Omari.

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