El ambiente en el complejo Quicken Loans Arena, en Cleveland, se tensó cuando opositores y seguidores de Trump se enfrentaron en un duelo de eslóganes, gritos y silbidos, en una nueva muestra de las profundas divisiones que suscita la candidatura del polémico millonario.
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Durante un voto de rutina para adoptar el reglamento de la convención, los delegados antiTrump expresaron su molestia, chiflando contra los dirigentes republicanos que pretendían conseguir una aprobación sin votación. Los delegados rebeldes pedían en cambio una votación, que habría puesto una cifra a la desunión en el seno del partido.
Pero el director de debates golpeó implacablemente su martillo, ignorando las objeciones de los opositores.
“Así es que se comportan las camisas pardas”, dijo entre dientes a la AFP, Gordon Humphrey, quien había entregado una solicitud oficial, firmada según él por delegaciones de nueve estados para reclamar un voto formal sobre las reglas internas.
AFP
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