La revolución rusa se dividió en dos partes: la primera, en febrero-marzo de 1917, cuando fue derrocado el zar Nicolás II y se proclamó una república; y la otra en octubre-noviembre del mismo año, que es la que cumple un centenario hoy.

Al asumir el poder, la mencionada república debía cumplir 2 cosas, a grandes rasgos: 1) sacar a Rusia de la guerra mundial que se desarrollaba en ese momento; y 2) solucionar la grave crisis social y política en la que estaba inmerso el país. Sin embargo, el no cumplimiento de la primera promesa hizo que la república, liderada por Alexander Kerenski, cayera en cuestión de meses.

Una facción del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso conocida como “bolcheviques”, liderada por el ideólogo comunista Vladimir Lenin, aumentó su poder a lo largo de ese año 1917 hasta que en octubre-noviembre derrocaron al gobierno de Kerenski, con lo que triunfó la revolución rusa, explica Nat Geo.

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Por otro lado, existe la confusión de por qué se le llama “Revolución de octubre” si se celebra en noviembre. La razón es sencilla: antes del triunfo de la insurrección, en Rusia funcionaba el calendario juliano y, según él, la revolución ocurrió el 25 de octubre.

Sin embargo, según el calendario juliano (que empezó a regir después de la revolución y es el que está en vigencia en todo el mundo en la actualidad), el levantamiento ocurrió el 7 de noviembre, explica BBC.

A pesar de la importancia de la fecha como acontecimiento histórico, el gobierno de Rusia se ha tomado el asunto con cuidado y ha preferido no darle mucho ‘bombo’ al asunto. De hecho, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, dijo que no entendía “qué es lo que hay que festejar”, informa La Vanguardia. Otros, sin embargo, sí han optado por celebrar el triunfo de Lenin y sus camaradas.

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