Aunque utilizar los teléfonos inteligentes en los salones ya está prohibido, el gobierno quiere ir más lejos. La medida busca “proteger a los alumnos de la distracción que causan las pantallas de los teléfonos”, según dijo el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer.

“En el consejo de ministros, depositamos nuestros celulares en las taquillas antes de reunirnos. Me parece que esto es factible en cualquier grupo humano, incluyendo una clase”, precisó Blanquer.

Sin embargo, muchos dudan que esa restricción pueda ser factible. “El presidente [Emmanuel Macron] había hablado de ello en campaña. La cuestión es: ‘¿cómo lo hacemos?'”, declaró Gérard Pommier presidente de una de las grandes federaciones de padres de alumnos de los establecimientos escolares públicos.

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Pommier se refiere al programa electoral de Emmanuel Macron, en el que incluyó un capítulo dedicado a la educación, y en el que efectivamente aparece la prohibición de los celulares en las escuelas de primaria y secundaria.

Los padres de familia también se mostraron preocupados por el procedimiento y porque seguramente los colegios no tendrán el personal suficiente para poner en marcha esta medida.

“No creemos que se den las condiciones [necesarias]”, agregó Pommier. “Imaginemos un centro de secundaria de 600 alumnos. ¿Ponen todos sus teléfonos en una caja? ¿Cómo se hará para almacenarlos? ¿Y para devolvérselos a su propietario [cuando terminen las clases]?”.

Con EFE.

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