Pero la ventaja que según los encuestadores tenía la exsecretaria de Estado fue cediendo a la realidad y durante el escrutinio de los votos este martes los demócratas vieron cómo fueron desmoronándose sus aspiraciones de que Clinton llegara a la Casa Blanca. Ese privilegio será para Trump.

Si bien para la agencia Efe la remontada de Trump en las encuestas se produjo después de que (11 días antes de las elecciones), el director del FBI, James Comey, anunciara la reapertura del caso contra Clinton por el empleo de un servidor privado para sus correos electrónicos oficiales cuando era secretaria de Estado (2009-2013), todo parece indicar que la responsabilidad en el descache solo recae en quienes hicieron los sondeos.

En medio de las recriminaciones por la derrota de Clinton, especial atención se debe reservar para los encuestadores, que mostraron a Clinton en una ventaja cómoda de tres o cuatro puntos en los sondeos de opinión, reseña The Guardian.

“El fracaso se debe en parte a una industria rota. Llegar a una vasta audiencia que ya no utilizan teléfonos fijos, o incluso de voz móvil requiere mucho”, agrega el medio inglés en su análisis del resultado electoral en estados Unidos, y destaca que se aún se usa un modelado de muestreo estadístico del siglo 20, que “ha producido resultados peligrosamente engañosos en las elecciones de todo el mundo en los últimos tiempos”.

El fracaso de las empresas de sondeos y los analistas en la elección fue tan evidente que el futuro de todo el ramo se convirtió en el centro de una polémica, reseña AFP. De las 20 mayores empresas de sondeos, incluyendo redes nacionales de televisión y periódicos que realizaron más de 80 encuestas desde mediados de septiembre, solamente una —del diario Los Angeles Times asociado a USC Tracking— indicó de forma consistente la ventaja de Trump.

El mismo martes de la elección, el sitio web especializado RealClearPolitics, considerada una fuente confiable en el análisis de tendencias, indicaba una ventaja promedio de unos 3,3 puntos porcentuales para Clinton.

El prestigioso analista Nate Silver fue consultado sobre el desempeño de los sondeos en esta elección, y respondió con una sola palabra: “Terrible”. El sitio web especializado de Silver, FiveThirtyEight alertaba que Clinton vencería la batalla en Florida, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin. Trump ganó en los cuatro estados. Aun cuando el conteo de los votos indicaba claramente la ventaja de Trump, FiveThirtyEight indicaba que Clinton tenía casi 70 % de probabilidades de ganar la elección.

El respetado sistema del diario New York Times, llamado Upshot, estimó que Clinton tenía 85 % de probabilidades de ganar la elección y específicamente un 93% en Wisconsin. Una vez más: Trump ganó en ese estado.

Larry Sabato, profesor de la Universidad de Virginia, es autor de un famoso blog llamado la ‘Bola de cristal de Sabato’, en el que predijo la victoria de Clinton. “Bola de Cristal tiene ahora una rajadura enorme”, dijo Sabato luego a la AFP.

¿Por qué estaban equivocados?

“Es evidente que algo ocurrió”, dijo Sabato sobre el fracaso generalizado en leer la realidad. El especialista recordó que se realizaron literalmente centenas de encuestas sobre la elección presidencial este año.

Uno de los problemas, dijo Sabato, es que los sondeos basaron su muestreo en el electorado tal como estuvo compuesto en la elección anterior. De esa forma, simplemente desestimaron el número de electores de Trump, demasiado tímidos o hábiles en eludir a los encuestadores.

“La participación de personas blancas en las zonas rurales fue enorme”, dijo, mientras que la de negros y ‘millenials’ disminuyó.

Incluso los propios sondeos internos del equipo de Clinton fueron malinterpretados, de acuerdo con un analista que tuvo acceso a esos documentos y habló con AFP a condición de anonimato. “Estaban completamente equivocados y gastaron una fortuna”, dijo.

¿Subestimaron el rechazo a Clinton? De acuerdo con Sabato, no. “Los sondeos lo mostraron claramente”. Pero la mayoría reconoció demasiado tarde que los encuestadores no entendieron la profundidad del resentimiento contra la exsenadora y exsecretaria de Estado, a quien muchos ven como una corrupta integrante de una élite enquistada en Washington. “Yo no tenía idea de cuán profundas eran las divisiones”, reconoció Paul Begala, un estratega del partido demócrata.

¿Qué significa para el futuro de los sondeos? Sabato dijo que estaba “desconcertado”, tomando en cuenta que hubo “literalmente centenas de sondeos equivocados”. Sin embargo, el especialista se negó a decretar el nocaut de los sondeos. “El análisis solamente mediante la anécdota no es académico. Uno no puede apoyarse solo en instintos, hay que apoyarse en datos”, dijo.

También mencionó un marcado retroceso en el número de personas que están dispuestas a someterse a encuestas telefónicas. En el futuro, “la mayoría de los sondeos tendrá que hacerse en línea”, dijo, al descartar las preocupaciones de que este tipo de encuestas puedan ser fácilmente sesgadas. “No son datos poco confiables, si se hacen las cosas bien”, apuntó.

El análisis desde Colombia

En Colombia, el análisis corrió primero por cuenta de Darío Arizmendi, director de ‘6 AM Hoy por Hoy’, de Caracol Radio. Para él, los “grandes fracasados, de nuevo, fueron las empresas encuestadoras”, y destaca que ha quedado claro que hay que reservar dentro del ‘no sabe, no responde’ un porcentaje para los mentirosos, “que son muchos”.

“La gente no está diciendo… no lo dijo ni en Gran Bretaña, no lo dijeron en Colombia, no lo dijeron en Estados Unidos, no dicen la verdad cuando la encuestan”, remarca Arizmendi. “Dicen mentiras y [las encuestadoras] son las grandes perdedoras. Aquí no valen explicaciones de que la muestra estuvo mal, nada… Hasta el último minuto fueron las grandes derrotadas. Aquí se destruyeron todos los mitos, como en Inglaterra, como también en Colombia”.

Y agregó: “Creo que este es el puntillazo final a las empresas encuestadoras, sobre todo en materia electoral. La gente engaña a los encuestadores. No les dice la verdad y lo hace deliberadamente. Miente a las encuestadoras, y los hechos se falsifican. Las encuestadoras en Estados Unidos, con las tecnologías más desarrolladas, con encestas en boca de urna, se equivocaron hasta el último segundo. Antes daban un empate técnico, incluso el triunfo de Donald Trump, pero este resultado no se los esperaba nadie en el mundo”.

“Pero la realidad es tozuda y la gente es como es, y las redes sociales siguen jugando un papel fundamental y determinante en la actitud y en la conciencia de la gente, que es más libre hoy que nunca, y cada uno procede como le dé la gana”, concluyó Arizmendi.

Otra explicación de lo ocurrido a las encuestadoras, según Luis Carlos Vélez, corresponsal de Caracol Radio en Estados Unidos, tiene que ver, en primera instancia, con el voto vergonzante, es decir, los que votan por algo que no se atreve a defender o algo que niega en las encuestas.

Pero agrega un elemento geográfico y político en su análisis: “El centro y el sur de Estados Unidos votó mayoritariamente republicano, lo cual significa que la gente que vive en esa parte del país es la más afectada económicamente, es la que menos acceso tiene a la educación y, en su mayoría, principalmente en el centro del país, son blancos. Y la gente que vive en las costas está más educada y es mucho más mezclada (hay negros, latinos, asiáticos y blancos)”.

“Las encuestas no le pegan a este tema porque hay una sobrerrepresentación de lo que se argumenta y se refleja en las costas: los medios de comunicación estamos en las costas, las encuestadoras están en las costas. El trabajo en el centro del país es mucho más complicado. Hacer una encuesta en Iowa o en Kentucky es muy complejo. Llevar gente a trabajar para saber qué es lo que está pasando en Nuevo México es dificilísimo, mientras que hacer encuestas en Nueva York, en la Florida, en California tiene otro resultado”, explica.

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