“Al principio pensé que sería imposible. Encontrar a las modelos fue la parte más difícil. Empecé a escribirle a todo el que conocía, sin ningún límite dado que todas las mujeres son muy diferentes”, dice el fotógrafo junto a la serie de imágenes, en el portal Bored Panda.

Pocej explica que la mayoría de respuestas que obtenía eran “no tengo el valor suficiente” o simplemente silencio.

“Cuando finalmente encontré 20 mujeres que estaban dispuestas a hacer parte de este proyecto , algunas se rehusaron a continuar cuando les dije que no iba a ser actuado y algunas no lograron relajarse durante la sesión. Así que al final quedaron 15”, añade.

Todas las modelos experimentaron orgasmos reales en las fotos, en algunas de las cuales Pocej utilizó el sistema de ráfaga para tomar imágenes automaticamente cada segundo mientras él estaba lejos.

“Cada ser humano es diferente y también lo son sus orgasmos”, finaliza.

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