Abby Beckley estaba en un barco pesquero en Alaska cuando empezó la molestia en sus ojos. La mujer (que ahora tiene 28 años) sintió una especie de latigazo en la parte interna de su párpado, y al ver que después de una semana la sensación permanecía, se revisó el ojo. Con los dedos, logró sacar el primer gusano, relata The Huffington Post.

En los días siguientes, la mujer extrajo otros 6 gusanos de su ojo izquierdo, y temiendo que se tratara de algo grave, fue a consultar a un médico, que no supo a ciencia cierta de qué se trataba. Por eso, se dirigió a uno de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, donde le dijeron de qué se trataba.

Los gusanos que tenía la mujer en el ojo eran del tipo Thelazia gulosa, una clase que suele verse en el norte de Estados Unidos y en el sur de Canadá, pero solamente en el ganado. Lo propagan las moscas que se alimentan de la lubricación de los ojos de las reses.

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Si este tipo de gusanos permanece por mucho tiempo en el ojo de una persona, puede dejarle marcas en la córnea al paciente, en incluso puede causarle ceguera, según los investigadores, informa The Guardian.

Richard Bradbury, que lideró la investigación, dijo que los casos de infecciones parásitas oculares son extrañas en Estados Unidos, y agregó que este específico con la mencionada especie nunca antes había sido reportado en seres humanos. También dijo que los 14 gusanos fueron extraídos del ojo de Beckley en un período de 20 días.

Hay antecedentes de gusanos en los ojos en algunas regiones de Asia y Europa, especialmente en comunidades rurales que tienen contacto permanente con animales y tienen condiciones de vida precarias. Los parásitos también suelen hallarse en perros, gatos y otros animales.

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