Llevan nombres de personas, porque al usarlos se evitan confusiones que podría generar el uso de números o términos muy técnicos. Además, nombres como Matthew, Katrina, etc facilitan la circulación de alertas y evacuaciones.

El centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, en el año 1953 creó una lista de nombres de las tormentas en el Atlántico, y desde entonces se ha venido usando como estándar en otras regiones. Las listas son actualizadas por la Organización Meteorológica Mundial en Suiza, y las listas son redactadas con nombres en inglés, español y francés. Esos nombres son reciclados cada seis años, es decir que si Matthew se usó en el 2016, este se volverá a utilizar en el 2022, afirma BBC

También los huracanes son organizados por orden alfabético, alternando nombres masculinos y femeninos cada año, excepto las letras Q, U, X Y y Z, como retoma W Radio.

El jefe del programa de ciclones tropicales, Koji Kuroiwa explicó a BBC, que la práctica de ponerle nombre de mujer a los huracanes se adaptó entre los meteorólogos del ejército de EE.UU en medio de la Segunda Guerra Mundial, ya que estos “preferían escoger nombres de sus amantes, esposas o madres. En aquella época, la mayoría recibía nombre de mujer”.

Curiosamente, los que llevan nombre de mujer han sido los más devastadores, como evidenció un estudio de la Universidad de Illinois, Estados Unidos, al parecer, porque son “tomados menos en serio”.

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