El exagente fue envenenado junto a su hija, Yulia, con un componente letal llamado novichok. El estado de los dos llegó a ser tan crítico, que los médicos pensaron que, en caso de sobrevivir, podrían quedar con graves secuelas cerebrales, informa Independent.

Sin embargo, luego de varias semanas internados, su estado empezó a mejorar, al punto de que Yulia recibió el alta médica el pasado mes de abril. Ahora, su padre corrió con la misma fortuna, a pesar de que incluso se llegó a pensar en su muerte.

El hospital en el que los Skripal fueron atendidos se limitó a comunicar que el exagente abandonó el centro médico y, aduciendo el derecho a la confidencialidad de los pacientes, se abstuvo de dar detalles sobre el tratamiento que recibieron para recobrar exitosamente su salud, paulatinamente.

Cara Charles-Barks, jefe ejecutiva del Salisbury District Hospital, dijo:

“Ha sido un tiempo difícil para todos los implicados en este incidente: los pacientes, nuestro personal y la gente de Salisbury. Le quiero agradecer al público por su apoyo”.

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The Guardian agrega que un portavoz de Scotland Yard, la policía metropolitana de Londres, dijo que detectives de la red de contraterrorismo del Reino Unido seguirían investigando el intento de homicidio de los Skripal, del que el gobierno británico culpa a su similar ruso, con quien el exagente tiene una relación antagónica desde hace varios años.

Como dato anecdótico vale la pena agregar que en el mismo momento en que se conoció el alta médica al exagente Skripal, la única reacción de la embajada de Rusia en Reino Unido fue la de publicar un trino en Twitter relacionado con el Mundial de fútbol: