El director de la comisión federal por la eutanasia, Wim Distelmans, no dio detalles sobre el menor, a parte de resaltar que se trataba del caso excepcional de un niño con una enfermedad terminal, según el diario Het Nieuwsblad.

“Afortunadamente, hay muy pocos niños para los que se plantee [la eutanasia] pero eso no significa que tengamos que negarles el derecho a una muerte digna”, declaró Distelmans.

Desde que se modificara la legislación para la eutanasia en 2014, Bélgica es el único país del mundo que permite que los niños de cualquier edad, en la medida en que sean capaces de tomar decisiones racionales y que estén en los últimos estadios de una enfermedad incurable, puedan elegir poner fin a su sufrimiento.

Holanda también permite la eutanasia a niños, pero sólo para aquellos mayores de 12 años.

La enmienda belga, que fue aprobada tras un encendido debate, principalmente sobre lo que significaba “capacidad de discernimiento”, ofrece la posibilidad de practicar la eutanasia a niños “en una situación médica sin esperanzas y en un estado de sufrimiento constante e insoportable, que no puede atenuarse y que causará la muerte a corto plazo”.

Toda petición de eutanasia debe ser formulada por el menor, estudiada por un equipo de médicos y un psiquiatra o psicólogo independiente y contar con el consentimiento de los padres.

La normativa prevé además que un segundo médico sea consultado antes de que se practique cualquier eutanasia, e incluso exige que se someta a una tercera opinión para los pacientes que no tienen una enfermedad terminal.

AFP y EFE

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