“Creemos que el Creador quería que la humanidad desarrollada estas tecnologías que resultarán en que los humanos vivan por periodos indefinidos”, dice Bill Falloon, uno de los creadores de Iglesia de la Vida Perpetua, ubicada en Hollywood, Florida, en el documental Forever Young, producido por uno de los canales del portal de noticias Vice, Motherboard.

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El documental también explora el pensamiento de los seguidores de la iglesia, quienes se hacen llamar ‘inmortalistas’, ‘transhumanistas’, ‘entusiastas de la longevidad’ o ‘gente que está muy comprometida con el concepto de antienvejecimiento’.

Uno de los seguidores, Nick, asegura que haría cualquier cosa para vivir para siempre, e incluso, tiene un kit para preservar a su gata a través de la criopreservación, un método que se utiliza para mantener la viabilidad de tejidos o células a temperaturas muy bajas.

Sin embargo, un asunto que causa suspicacia en la historia de esta iglesia es el hecho de que en los años 80, Falloon comenzó una compañía para vender suplementos alimenticios y vitaminas llamada Life Extension, a la que el Servicio de Impuestos Internos de EE. UU. le quitó la exención tributaria en el 2013.

Falloon, que promueve en sus ‘sermones’ el consumo de vitaminas, medicamentos y suplementos alimenticios para evitar el envejecimiento, dice que Life Extension y la iglesia son entidades completamente separadas, y que esta última simplemente es un centro de reunión para gente con intereses comunes alrededor de la longevidad y el transhumanismo.

El transhumanismo es, a su vez, un sistema de creencias basados en que la ciencia y la tecnología pueden llevar a la inmortalidad y que eventualmente la conciencia humanad podría ser digitalizada y almacenada de manera virtual.

Por su parte, la fundación Life Extension dona anualmente alrededor de 10 millones de dólares para proyectos de investigación relacionados con la extensión de la vida. Pero también ha donado 29 millones de dólares a un misterioso proyecto liderado por Falloon, que pretende construir el centro de criopreservación e investigación más grande del mundo el cual, de acuerdo con él, costará alrededor de 300 millones de dólares.

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