Cada aguacate, en Nueva Zelanda, cuesta entre 4 y 6 dólares neozelandeses, explica ‘The Guardian’. Esas cifras equivalen, aproximadamente, a 8.500 y 12.700 pesos colombianos.

Estos precios altos, sumados a la creciente demanda del fruto, se han convertido en incentivo para los ladrones, que venden los aguacates hurtados en el mercado negro.

En efecto, cada vez hay más personas en ese país que comen aguacate: el año pasado aumentaron en 96.000 los hogares neozelandeses que lo consumen, de acuerdo con cifras de un gremio experto en el tema, citadas por ‘The Guardian’.

El problema radica en que los productores locales, que desde hace tiempo se han orientado hacia la exportación, no han podido atender esa demanda, añade el diario británico.

Pero los robos no son lo único que preocupa a las autoridades: el sargento Aaron Fraser, del pueblo de Waihi, le dijo a ‘The Guardian’ que hay riesgos en el consumo de los frutos hurtados.

“No han madurado, algunos han sido fumigados recientemente y aún pueden tener toxinas en su cáscara”, indicó Fraser.

Sin embargo, el oficial es pesimista al respecto: “Con los precios altos de este momento, el potencial de ganancias es un fuerte incentivo para ciertos individuos”, afirmó.

De hecho, Fraser comentó que si bien ha habido otras “avalanchas de robos” de aguacates, durante su tiempo en la policía no ha visto algo similar como lo que ocurre actualmente.

Aunque parece que no se trata de una organización delictiva grande. Los más recientes robos, cometidos en medio de la noche, así lo demuestran: algunos arrancan los aguacates de los árboles con sus propias manos y otros usan sábanas para recogerlos, dice ‘The Guardian’.

“Es un camino fácil para hacer dinero rápido, pero no creo que estemos lidiando con una sofisticada o altamente organizada operación. Más bien, es oportunista”, declaró Jen Scoular, directora ejecutiva de la asociación New Zealand Avocado, consultada por el diario británico.

Scoular agregó que pese a la preocupación que hay al respecto, pronto habrá en el mercado una gran cantidad de aguacates cultivados en Nueva Zelanda, “lo que reduce el incentivo para los ladrones”, cita ‘The Guardian’.

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