El portal El Español describe los 11 años de matrimonio del genio con su segunda esposa como “un amor con episodios turbulentos que acabó en divorcio. Mason, enfermera de profesión, no se dedicó a los cuidados sanitarios del astrofísico y así lo denunció Lucy Hawking, una de las hijas del científico”, que agrega que en ocasiones Hawking ingresó al hospital por neumonía, acompañada de rayones y moretones en el rostro.

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El trato de Mason para con su esposo era “brutal y humillante”, dicen enfermeras que fueron testigos de los maltratos, citadas por el británico The Sun, que narra que la exenfermera del científico le gritaba “tullido e inválido” con el fin de humillarlo, lo que finalmente lograba, pues el hombre se deprimía.

Otros actos abusivos eran, por ejemplo, dejarlo bajo los rayos del Sol sin protección, abandonarlo en la tina del baño hasta que se le cubría el agujero en el cuello o dejarlo sin su ratón de computador, que le permitía comunicarse, destaca The Inquisitr, que puntualiza en que la mujer nunca fue acusada legalmente y que ella (y Hawking) siempre negó tales señalamientos.