Así lo anunció Cyrus Vance, fiscal de Manhattan, en un comunicado. El grupo tendrá como misión principal investigar rápidamente cualquier denuncia y contará con 15 fiscales adjuntos y una asistente social.

“Las relaciones laborales otorgan a los depredadores un acceso único a gente vulnerable al abuso sexual y a la agresión debido al desequilibrio de poder inherente en tantas jerarquías laborales”, dijo Vance.

Cuando ocurre un crimen, “no basta con el que el acusador pierda su empleo o el prestigio en su industria; la justicia demanda y los sobrevivientes merecen que los delincuentes abusadores respondan por sus delitos en un tribunal”, añadió.

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Luego de que más de un centenar de mujeres denunciaran a Weinstein desde octubre pasado por acoso, agresión sexual o violación, miles de mujeres han denunciado en las redes sociales haber sido víctimas de acoso o agresiones sexuales de jefes o colegas de trabajo.

Decenas de los acusados han renunciado a sus empleos, pero no han sido denunciados penalmente ante la justicia, como es el caso de Weinstein. El magnate caído en desgracia es blanco no obstante de decenas de demandas civiles, incluidas dos colectivas en Los Angeles y Nueva York.

La mayoría de las acusaciones en su contra son antiguas, de hace 10 o 20 años, y es difícil recabar pruebas después de tanto tiempo. Muchas veces los delitos han prescrito.

Las fiscalías de Nueva York y Los Ángeles investigan dos denuncias de violación contra Weinstein que datarían de 2010 y 2013, la primera de ellas denunciada por la actriz estadounidense-española Paz de la Huerta, de 33 años. Interrogada el jueves sobre el avance de la investigación en Nueva York, una portavoz del fiscal declinó hacer comentarios.

La fiscalía de Manhattan, que trabaja estrechamente en el asunto con la policía, designó inclusive un fiscal especial de crímenes sexuales para seguir el caso Weinstein. El denigrado productor insiste en que todas las relaciones fueron consensuadas.

Con AFP.

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