Lo sorprendente de este caso es que Abeku Wilson –entrenador y fisicoculturista que hasta la semana pasada había trabajado en el centro Equinox– era una persona amigable, positiva, equilibrada y quien gozaba de buena reputación como persona y profesional entre los clientes del gimnasio, relata el Miami Herald.

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El sábado 8 de abril, Wilson, de 33 años, presuntamente fue despedido de su empleo por “conducta violenta”. Más tarde, el hombre de raza negra, 1,87 metros de estatura y un cuerpo muy tonificado regresó y, armado con una pistola, abrió fuego. Hizo cinco disparos que impactaron a Janine Ackerman, gerente del establecimiento, de 35 años; y Marios Hortis, de 42, gerente de entrenamiento, quienes murieron poco después, escribe el portal Tampa Bay Times.

Según WLRN, el hombre se disparó y murió después de agredir a sus excompañeros de trabajo. También se reporta una persona herida: “Nuestra familia de Equinox vivió una tragedia cuando uno de nuestros exentrenadores ingresó al club y disparó contra dos miembros de nuestro equipo (…) El sentimiento de pérdida es demasiado profundo para expresarlo con palabras”, dijo la empresa en un comunicado en el que lamentaba la muerte de las dos personas.

Apenas comenzó el tiroteo, muchos de los usuarios evacuaron el establecimiento, algunos envueltos en toallas, presas del pánico. El gimnasio permanece cerrado hasta nueva orden, informó la revista Time.

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