Ni siquiera quienes vivieron en esta casa de campo anteriormente se habían dado cuenta de que un recipiente de piedra que se había usado como matera para geranios era en realidad lo que los arqueólogos han denominado “el ataúd de un bebé”, reporta The New York Times.

La historia comenzó cuando el propietario de la casa en la campiña inglesa, un reconocido diseñador de tapices y tapetes, contrató obreros para que cavaran canales con el fin de llevar cables de electricidad a una casa de juegos ubicada en el jardín. Los trabajadores se toparon con un piso de mosaico a tan solo 45 centímetros de profundidad, debajo del césped, recoge The Guardian.

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Los obreros le avisaron al dueño y este a su vez hizo público el hallazgo ante las autoridades, quienes llegaron tan solo 24 horas después en compañía de expertos que concluyeron que se trataba de un importante hallazgo arqueológico.

Lo que se descubrió fue el piso de una villa romana, considerada una casa de lujo de la época, donde además hallaron joyas y cerámicas de alto nivel socioeconómico, reporta The Independent.

Los diarios que reportaron el hecho citan a las autoridades diciendo que probablemente se trataba de la casa de recreo de algún emperador romano y que este hallazgo “no tiene parangón”.

Infortunadamente, dice The Telegraph, el hallazgo deberá ser enterrado bajo tierra de nuevo, pues la entidad Historic England no cuenta con recursos suficientes para continuar la excavación completa ni para preservarla una vez se haya descubierto en su totalidad.

El siguiente video muestra cómo habría sido la villa cuando estaba en pie:

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