Una columnista de The Week, Ruth Margolis, dice que dada la tendencia de muchos padres de familia de ‘hacerles un daño de por vida’ a sus hijos poniéndoles nombres demasiado ‘novedosos’, el gobierno de ese país debería intervenir para que se dejen de cometer dichos ‘atropellos’.

Aún no se han presentado casos como el de una mujer en Veracruz, México, que quería bautizar a su hija Pokémon Pikachú, pero la autora hace un llamado para que los papás dejen de estar dándoselas de creativos con los nombres de sus hijos.

Incluso, critica a varias celebridades que han bautizado a sus hijos con nombres raros, como la actriz Zooey Deschanel, quien nombró a su hija Elsie Otter (otter quiere decir nutria, en inglés), solo porque el animalito que sirvió de inspiración es “lindo, juguetón e inteligente”.

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Otros artistas que no se salvan son Beyonce y Jay-Z, quienes ‘honraron’ a su hija con el nombre de Blue Ivy (pronunciado ‘blu áivi’), que puede sonar muy lindo, pero que significa ‘hiedra azul’.

Dos de los nombres raros más populares del año pasado, según la columnista, fueron Elizabreth (con una ‘r’ en medio) y Mhavrych (que se pronuncia Maverick, como Tom Cruise en la película Top Gun). Este último traduce ‘disidente’.

En el 2014, señala la nota de The Week, 73 parejas de esposos bautizaron a sus hijas Lexus, que es una marca de carros, mientras que a 7 niños los bautizaron Disney (en Colombia se ha visto el nombre con todo y apellido: Gualdisnéi).

En el 2015, a 100 niñas las bautizaron Tesla, como la marca de autos eléctricos que por estos días goza de una fama inusitada. A manera de broma, la autora clama porque se emita una ley para detener el exabrupto, así sea a la fuerza, de lo contrario piensa votar por Trump para que sea él quien impulse dicha ley: “Claro que Trump no daría más de 10 opciones de nombre y todos serían derivados de Donald”, escribe Margolis.

Ya en serio, la mujer como ejemplo a Alemania, que después de la guerra era prohibido bautizar Adolfo a cualquier niño, y hasta finales de los 90 aún existía un listado de nombres aprobado por el gobierno.

En la Alemania actual, no se permite utilizar como nombres las referencias de productos comerciales.

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