Los tres magistrados que integran la octava sala del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF4), con sede en Porto Alegre, deben decidir si mantienen, modifican o anulan la sentencia que recibió Luiz Inácio Lula da Silva en un caso relacionado con la trama corrupta destapada en la estatal Petrobras.

En esta causa judicial, una de las siete abiertas a Lula, la mayoría por supuesta corrupción, el antiguo jefe de Estado responde por presuntos sobornos recibidos de la constructora OAS, como un triplex en el balneario Guarujá, a cambio de favorecer a la compañía en contratos con la petrolera.

Cientos de manifestantes, tanto partidarios como opositores de Lula, se concentraron en las inmediaciones del tribunal en el que se desarrolla una audiencia que se prevé larga.

El artículo continúa abajo

Lula, que el martes se dio un baño de masas ante miles de simpatizantes en Porto Alegre, seguirá el juicio desde la sede del sindicato de los metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, en el cinturón industrial de Sao Paulo, donde inició su carrera política y participó en la fundación del Partido de los Trabajadores (PT) en 1980.

El dirigente del PT se convirtió el pasado 12 de julio en el primer exmandatario brasileño condenado penalmente desde el restablecimiento de la democracia (1985).

El juicio definirá el futuro personal de Lula y puede influir en el desarrollo del proceso político ante a las elecciones de octubre próximo, a las que el expresidente pretende presentarse como candidato del PT.

Lula lidera hasta ahora los sondeos de opinión, pero una eventual ratificación de la condena hoy puede impedirle ser candidato, lo cual debe ser confirmado posteriormente por la justicia electoral.

Con EFE