Como en anteriores Jueves Santos, la misa estuvo dedicada a los consejos para los curas. Retomó su papel en la sociedad y la importancia de sus actos y el impacto positivo que pueden tener en las multitudes incontables de personas que se encuentran en la pobreza, ignorancia o presos de la libertad.

Pero también recordamos que cada uno de nosotros conoce en qué medida, tantas veces estamos ciegos de la luz linda de la fe, no por no tener a mano el evangelio sino por exceso de teologías complicadas”, agregó.

Teniendo eso en cuenta hizo un fuerte llamado, y recordó a los sacerdotes que son “testigos y ministros de la misericordia” y que esta “misericordia restaura todo y devuelve a las personas a su dignidad original”, en este Jueves Santo que se celebra en el marco del Año Santo Extraordinario de la Misericordia.

Por ello, se refirió en su homilía a “dos ámbitos en los que el Señor se excede en su misericordia”: el del encuentro y el del perdón.

La celebración del Jueves Santo continuará esta tarde, cuando el papa Francisco acuda a un centro de acogida situado a las afueras de Roma para celebrar la misa que rememora la Última Cena y lavar los pies a doce refugiados.

Fuente: EFE

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