Este asesor político de 67 años se llama Paul Manafort, y ha sido el hombre que les ha hablado al oído a personajes como Viktor Yanukovych, expresidente de Ucrania; Gerald Ford y George Bush padre, señala el portal Slate.

Al parecer, sugiere Slate, la idea de Donald Trump al contratar a Manafort fue la de estar mejor preparado para la convención del partido republicano, donde el magnate inmobiliario deberá sacar su artillería pesada para obtener la nominación de su partido y así competir por la Casa Blanca contra el demócrata nominado, que como van las cosas podría ser Hillary Clinton.

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A Manafort se le conoce como un hombre de bajo perfil, que aunque se aloja en las suites de hoteles lujosos, rara vez sale de su cuarto; y si lo hace, por ejemplo a una cena de negocios o con conocidos o amigos, no es el que más habla o el que más opina pues, como relata el medio, “prefiere guardarse sus opiniones y puntos de vista para sus clientes”.

Según el medio, el asesor ya había trabajado para Trump en un caso anterior en el que el magnate quería incursionar en el negocio de los casinos en Atlantic City, pero tenía la competencia de los indígenas estadounidenses, quienes por ley pueden tener casinos en sus reservaciones.

En ese entonces, la estrategia de Trump, o mejor, la de Manafort, fue la de no irse contra los indígenas, sino decir que ellos no tenían la experiencia para enfrentarse con las mafias y otros grupos que los intentarían atacar, mientras esgrimían eso como un argumento para proteger y ‘conservar’ las tradiciones de los nativos estadounidenses.

En cuanto a los honorarios, es un tanto difícil rastrear lo que se gana el asesor, pues por lo general no pasa cuentas de cobro como tal, y los pagos son realizados en Francia. Cuando le cuestionan que si su dinero proviene de aquí o de allá, él responde que es por concepto de “asesorías”, y por lo general no revela el nombre de quienes le pagan.

Nota: JJ Rendón es un estratega venezolano que ha asesorado a presidentes de estado como Juan Manuel Santos, en Colombia; Enrique Peña Nieto, en México; y Juan Orlando Hérnandez, en Honduras, y la comparación radica es que es el estratega silencioso detrás de las personas de poder.

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