Informaron que el proyectil estadounidense GBU-43, denominado como la “madre de todas las bombas”, mató a 92 miembros del Estado Islámico (EI) que se escondían en la base del grupo yihadista en el distrito de Achin.

“En base a la información inicial que tenemos hasta ahora, 92 miembros del EI, la mayoría de ellos extranjeros y líderes, murieron”, informó a Efe Attaullah Khogyanai, portavoz del gobernador de la provincia de Nangarhar.

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El jefe del contingente estadounidense en Afganistán, el general John Nicholson, informó en rueda de prensa de que hasta el momento se han contabilizado 36 muertos en el ataque y subrayó que no se han producido bajas civiles.

El portavoz del Ministerio de Defensa afgano, Dawlat Waziri, dijo a Efe que las autoridades afganas ofrecerán mañana nuevas cifras sobre el resultado de la operación y rehusó confirmar o negar la cifra de las autoridades de Nangarhar.

Khogyanai aseguró que la bomba, uno de las de mayor poder del arsenal convencional estadounidense, destruyó “completamente” tres túneles y un depósito de armas del grupo yihadista.

La cúpula del EI en Afganistán, dijo, está a su vez “completamente destruida” tras el ataque que tuvo lugar la víspera a las 19.32 hora local (15.02 GMT), en el distrito de Achin, al este de Afganistán.

La fuente añadió que el número de fallecidos en la operación puede incrementarse al señalar que aún hay militares trabajando sobre el terreno.

El EI negó, a través de la agencia de noticias Amaq, que hubiera muertos o heridos en sus filas.

Una vez que las labores militares concluyan en el área, el terreno estará preparado para que los afganos desplazados por la presencia del EI en la zona puedan regresar al distrito de Achin, dijo.

“Este bombardeo mató y destruyó la base del EI, así que lo apoyamos completamente y le damos la bienvenida a esos ataques que puedan ayudar a destruir la amenaza del EI”, agregó Khogyanai.

El bombardeo con un proyectil GBU-43 en Nangarhar, considerado el bastión del EI en Afganistán, acabó ayer con una estratégica base de este grupo terrorista, compuesta por túneles construidos durante la invasión soviética al país asiático.

El ataque se produjo después de que el Gobierno de Afganistán afirmara esta misma semana que el número de insurgentes del EI en el país es inferior a 400 y que el año pasado abatió a unos 2.500 miembros del grupo, lo que redujo su presencia a solo dos de las 34 provincias afganas.