El hecho ocurrió el pasado martes 11 de abril, y en él perdieron la vida los 18 milicianos de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD).

El ataque aéreo se produjo en las cercanías de la localidad de Al Tabqa, plaza estratégica para abrir la ruta a Al Raqa, el gran bastión del EI en Siria.

“El ataque había sido pedido por fuerzas aliadas, que identificaron la localización del blanco como un puesto de combate del Estado Islámico. En realidad, era una posición de las Fuerzas Democráticas Sirias”, apuntó la coalición militar en un comunicado.

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El Pentágono ofreció sus “más profundas condolencias” a las familias de las víctimas del “incidente”, que se da en plena ofensiva para arrebatar al EI su plaza más sólida: Al Raqa.

Según Estados Unidos, las fuerzas del FSD (una combinación de milicias kurdas y árabes de distinta filiación y religión) siguen comprometidas y enfocadas en la lucha contra el EI, en la que han demostrado ser el socio más fiable de los estadounidenses sobre el terreno.

Estados Unidos aseguró que está evaluando la causa del accidente del 11 de abril y tomará las salvaguardas necesarias para evitar nuevos errores de “fuego amigo”.

Al Tabqa se encuentra en un punto estratégico de río Éufrates y da nombre a una de las presas más importantes en su curso.

La zona ha experimentado fuertes choques con el EI, que intenta mantener cerrado el camino más directo hacia Al Raqa por su flanco oeste, el que Estados Unidos, que tiene desplegado también unidades sobre el terreno, ha elegido para sus avances.

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