Esta afirmación es del abogado Salvador Mejía, de la firma especializada en prevención de lavado de dinero Asimetrics, en medio de una investigación que adelanta por las “irregularidades que los rescatistas han encontrado en las normas mínimas de construcción, en especial, en edificios nuevos”, informó The Huffintong Post México.

“La corrupción pudo haber matado a muchas personas. El famoso cartel inmobiliario puede ser uno de los grandes asesinos en este terremoto”, asegura el abogado.

El Colegio Enrique Rébsamen, por ejemplo, en el que también murieron cinco adultos en el desplome de sus edificios, “enfrentará pronto una lluvia de demandas por daños y perjuicios, investigaciones a sus permisos de operación que terminarán salpicando a las autoridades que entregaron esas licencias e incluso, el resultado final equivaldría a una pena de prisión para sus dueños por el delito homicidio imprudencial”, según el Economista, de México.

Este mismo diario reportó que Claudia Sheinbaum, delegada de la zona Tlalpan en Ciudad de México, asegura que en “un dictamen de junio de 2017 se confirmó que estaba bien construido y en tiempo para hacer adecuaciones” y que colapsó por “una falla en términos estructurales, dado que el sismo en la zona tuvo una intensidad de 90”, y no por irregularidades en su construcción.

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Esos edificios tenían una antigüedad de 34 años, pero será necesario “exigir a las autoridades el inicio de una investigación pericial” que defina qué fue lo que derribó el colegio, dice el diario.

Los habitantes de Residencial San José, uno de los edificios del barrio Benito Juárez, aseguran que “se sienten estafados y denuncian que la estructura era de materiales de mala calidad”. En ese lugar, que solo tenía 9 meses de haber sido inaugurado, murieron dos personas al desplomarse la cuarta parte del inmueble, señaló Animal Político.

El edificio residencial tenía serios problemas de diseño porque le faltaban “columnas de resistencia, un requisito fundamental en las actuales normas de construcción”, le dijeron ingenieros y arquitectos a Mientras tanto en México. Este portal agrega que “los afectados por el derrumbe detectaron que las losas del edificio estaban hechas de unicel recubierto de concreto y que algunas de las varillas eran tan delgadas que podían doblarse con las manos”.

Pero no es el único caso. Según el abogado Mejía, hay antecedentes en inmobiliarias y constructoras que han sido señaladas de no seguir “las normas establecidas para construir viviendas, como en el barrio Benito Juárez, una de las zonas más afectadas por el sismo”, informó The Huffintong Post.

“No puedo entender cómo es que en la colonia Portales, una de las más afectadas, se cayeran edificios con menos de cinco años de vida útil y, a un lado, está un edificio con 20 o 25 años de antigüedad. Traducción: el edificio viejo está bien hecho y los nuevos bajo el esquema de la corrupción”: Salvador Mejía en The Huffintong Post México.

Sin embargo, Reforma resaltó que “de los 187 muertos reportados en la Ciudad de México por el sismo de la semana pasada, al menos 165 fallecieron en inmuebles con un promedio de antigüedad de 43 años”, y agregó que “25 de los 33 edificios colapsados, tenían una antigüedad de entre 30 y 60 años”.

Mejía agregó en The Huffington Post que “es necesario tener una visión a largo plazo para vigilar que en los esfuerzos y recursos públicos destinados a la reconstrucción de estos inmuebles no haya casos de corrupción”. Además destinará recursos de su firma para entender “qué fue lo que ocurrió”, “si hubo negligencia por parte de las constructores”, y para “vigilar que la reconstrucción y donativos estén bien enfocados”.

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