Albacete tiene vínculos con Sam Pa, un empresario chino a quien el Departamento del Tesoro de Estados Unidos señaló, en 2014, como una persona que facilitó “la corrupción pública por parte de altos funcionarios de Zimbabue a través de tratos ilícitos con diamantes”.

La entidad norteamericana, además, aseguró que Sam Pa les dio “más de un millón de dólares, así como suministros y equipos, a altos funcionarios de Zimbaue para apoyar la Organización Central de Inteligencia [CIO, por sus siglas en inglés]” del país africano.

“La CIO […] está vinculada con actividades destinadas a socavar la democracia”, añadió el Departamento del Tesoro.

Albacete no solo tiene nexos con Sam Pa. De hecho, lo considera su amigo. En junio 2011, el venezolano, en una entrevista sobre LaMía, dijo lo siguiente sobre el chino:

Tenemos el apoyo de capital de China […] Este es un chino amigo nuestro, de muy buena situación económica, que lo conocí hace unos años […] El nombre de él es Sam Pa. Tiene inversiones en Angola”.

[Minuto 3:16]

El Confidencial de España, este martes, consultó a Albacete sobre sus negocios con Sam Pa. El venezolano respondió: “Iba a comprar los aviones, pero al final no se concretó nada”.

Sin embargo, cita el diario ibérico, el empresario sudamericano aún se refiere a Sam Pa como “amigo”.

De otro lado, a pesar de que es el propietario de la aeronave que se accidentó el Antioquia, Albacete se desmarca de la responsabilidad por lo ocurrido:

No somos accionistas ni empleados de Lamia Bolivia, sino de Lamia Venezuela; dejamos el mismo nombre para no perder la pintura del avión; nosotros somos los que les arrendamos a ellos los aviones, pero el avión es operado por la empresa boliviana”.

En ese sentido, según Albacete, el avión es suyo, pero lo estaba operando una empresa que no es la suya (pese a que tiene el mismo nombre).

Esto, en parte, se explica por el origen de Lamia (o LaMía), la empresa que estaba a cargo de la aeronave en el momento del accidente.

La compañía fue creada en 2009 con apoyo del estado venezolano de Mérida, de acuerdo con La Nación de Argentina. En ese momento, la aerolínea se llamó Línea Aérea Mérida Internacional de Aviación, y de ahí se deriva el Lamia.

A los pocos años “trasladó su operación y sus aeronaves a Boliva”, y el 31 de julio se creó, de manera oficial, la empresa Lamia Bolivia, explica el diario argentino.

“La empresa es netamente boliviana”, declaró, al respecto, Gustavo Vargas, gerente de Lamia Bolivia, consultado por La Nación.

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