“Es un poco pronto, pero está claro que nos encontramos ante un problema de salud mental de alto nivel. Tenemos muchos problemas de salud mental en nuestro país (…). Es algo que hay abordar de manera seria”, dijo Trump en una rueda de prensa al ser preguntado por las medidas que deberían ser adoptadas para evitar este tipo de sucesos.

“Ha ido un ataque espeluznante en una iglesia baptista de una zona preciosa; qué triste, quién podría pensar que algo así podría pasar”, añadió el líder de la Casa Blanca, que se encuentra de gira en Japón.

Al inicio de la comparecencia ante la prensa junto al primer ministro japonés, Shinzo Abe, Trump hizo referencia al tiroteo, envió sus condolencias a los familiares de las víctimas y dijo que EE.UU. “siempre es más fuerte cuando estamos unidos”.

Un total de 26 personas murieron este domingo cuando asistían a un servicio dominical en el templo First Baptist Church, en Sutherland Springs (Texas) por los disparos que un hombre hizo en su interior con un rifle de asalto semiautomático.

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Nada más producirse el tiroteo, el presidente estadounidense escribió en su cuenta oficial de Twitter: “Que Dios esté con el pueblo de Sutherland Springs, Texas. El FBI y las agencias de la ley están sobre el terreno. Estoy siguiendo la situación desde Japón”.

Horas más tarde, durante unas palabras dirigidas a líderes empresariales en la embajada de EEUU en Tokio, el presidente estadounidense calificó la peor matanza de la historia de Texas como un “acto de maldad” que sucedió en “un lugar de culto sagrado”.

Aunque las autoridades no revelaron el nombre del atacante, varios medios estadounidenses lo han identificado como Devin Kelley, un hombre blanco de 26 años que murió después de una breve persecución tras enlutar a esta población de menos de 500 habitantes.

Trump llegó el domingo a Japón, en su primera etapa de su extensa gira por Asia, que le llevará también a Corea del Sur, China, Vietnam y Filipinas.

EFE.