Después de mucho buscar, Gabriela y Carlos encontraron el carrito a control remoto que su hijo Gabriel deseaba para Navidad. Pero en solo dos semanas, mientras completaban el dinero, la inflación que azota a los venezolanos tornó impagable el juguete.

Costaba 75.000 bolívares cuando lo vieron por primera vez, pero al volver al almacén había subido a 105.000, casi cuatro salarios mínimos.

El precio equivale a 156 dólares a la tasa oficial más alta, y a 38 dólares en la del mercado negro. Sin embargo, el sueldo básico es de apenas 40 dólares a la cotización oficial.

Sin las luces y adornos que antaño daban colorido a la espera de Navidad y Año Nuevo, muchas calles de Caracas se ven vacías como en un feriado cualquiera, en vísperas de “la llegada del Niño Dios”.

“Va a ser una Navidad triste, sinceramente. Muy triste, pero pa’lante”, afirma Antonia Cabrera, abuela de Gabriel, de ocho años.

Es un fin de año muy distinto a los que recuerda Gabriela, acostumbrada a compartir en familia una buena cena, regalos y festejos. “Ni siquiera era diciembre y la gente esperaba con alegría. Hoy la plata no rinde”, se lamenta esta ama de casa de 29 años.

Vive con sus padres, esposo e hijo, una familia de la golpeada clase media. Independizarse es impensable por la crisis, que se agravó con la caída de los precios del petróleo, reflejada en una aguda escasez de alimentos y medicinas.

Pero a pesar de la crisis evidente, el presidente Nicolás Maduro dice que el 2017 será un tiempo “victorioso” para el país, según mensaje navideño difundido hoy por el canal estatal Venezolana de Televisión.

“Mi deseo es que esta luz de amor decembrina nos alumbre todo el año 2017 que será el año de nuestra Venezuela victoriosa e indestructible”, agrega Maduro.

Con información de AFP.