“Vamos a ir poco a poco desterrándolo y ampliando nuestro espacio para abarcar a las demás academias. De ahora en adelante, será el DLE”, afirmó Darío Villanueva, director de la RAE, citado por El País de España.

Villanueva agregó: “Queremos cambiar la planta actual del diccionario, es decir, su estructura, de impresa a digital”.

La más reciente edición impresa del diccionario de la RAE es la 23, fue lanzada en octubre de 2014 y tiene una versión ‘on-line’ desde octubre de 2015.

Así mismo, se puede consultar en aplicaciones para Android y iPhone.

La gran diferencia que tendrá la edición 24 será que su versión en papel se derivará de la digital, y no al revés, como sucedió con la 23.

“No dejará de aparecer en papel, aunque se publicarán hijuelas de la versión electrónica”, explicó Villanueva.

Esta preferencia por lo digital se explica por el número de visitas que tiene la RAE en su página web (73 millones de consultas en mayo de este año, según El País) y por la capacidad de almacenamiento de los formatos ‘on-line’.

“Los diccionarios impresos adolecen ya de un límite de espacio. En la última versión cupieron 93.000 entradas. Las siguientes serán ilimitadas”, afirmó Guillermo Rojo, miembro de la RAE, citado por el diario español.

La edición 24 del próximo diccionario no tendrá plazo: “En cuanto al tiempo definitivo, no nos hemos fijado fechas. Lo abordaremos de manera dinámica e iremos ofreciendo volcados parciales, como ya hicimos en Internet con la anterior edición: entre 2001 y 2014 añadimos cinco entregas que complementaban la edición de papel”, dijo Villanueva.

 

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