El documento de 83 páginas, resultado de la auditoría interna realizada por el departamento de Estado, señaló que la decisión de Clinton “no es un método apropiado de preservar los correos que pueden constituir documentos federales”.

Para subsanar esa falla en observar las normas “la secretaria Clinton debió haber preservado todos los documentos creados y recibidos en su cuenta personal”, afirma el documento en la página 23.

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Según las investigaciones, Clinton “como mínimo debió haber entregado todos los correos” relacionados con el cargo al dejar ese puesto, y por no haberlo hecho “no cumplió con normas del departamento de Estado”.

La investigación analizó las prácticas de comunicaciones y de archivo de documentos desde Madeleine Albraight (1997-2001), pero es particularmente duro con la decisión de Clinton (2009-2013) de mantener sus correos electrónicos en un servidor privado.

Este miércoles, un vocero del Departamento de Estado, Mark Toner, dijo que esa cartera no pretendía cuestionar el informe y añadió que la institución estaba empeñada en mejorar sus procedimientos de seguridad.

El actual Secretario de Estado, John Kerry, usa una dirección de correo y los servidores oficiales, y todos los mensajes “son automáticamente archivados”, dijo Toner.

Se trata de un severo golpe a la ex Secretaria de Estado, quien se encuentra en plena campaña por la nominación por el Partido demócrata para las elecciones presidenciales de noviembre.

En esa disputa, Clinton enfrenta una dura competición interna con el senador Bernie Sanders.

De cara a la elección presidencial, los sondeos muestran que la ventaja que Clinton tenía sobre el probable candidato republicano, el millonario Donald Trump, se esfumó, y una de esas encuestas ya coloca al polémico empresario por delante en las preferencias.

El escándalo sobre los correos de Clinton estalló en marzo de 2015, cuando se reveló que había utilizado de forma exclusiva un servidor privado ligado a su familia, en vez del sistema de correos electrónicos del departamento de Estado.

De acuerdo con las denuncias, al utilizar ese servidor, todas las comunicaciones de la entonces Secretaria de Estado quedaron fuera del escrutinio reservado a documentos oficiales, sin mencionar los riesgos que supone el tránsito de información restringida por un servidor externo al sistema de la cancillería.

Por ello, Clinton entregó en diciembre de 2014 unas 55.000 páginas impresas de correos que estaban en el servidor familiar y que se relacionaban con su función oficial.

Aunque Clinton aseguró que esos mensajes eran la totalidad de su comunicación oficial, el informe conocido este miércoles señaló que la colección era “incompleta”.

El FBI también analiza el caso separadamente, para determinar si secretos de Estado pudieron ser robados o colocados en riesgo mediante el uso de un servidor privado.

AFP

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